Cristiano Ronaldo festeja con sus compañeros la conquista de la Liga de Naciones.
Cristiano Ronaldo festeja con sus compañeros la conquista de la Liga de Naciones.
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EFE

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Portugal le da un golpe de realidad a España y se consagra en Múnich

La escuadra liderada por Cristiano Ronaldo le ganó 4-3, en la tanda de penales, a la Roja, tras el empate 2-2 en 120 minutos.

De nuevo una tanda de penaltis, como la que impulsó a España en su primera Liga de Naciones conquistada, le alejó en esta ocasión del título y puso freno a su dinámica ganadora, desde el fallo de Álvaro Morata en su penalti, en una final repleta de igualdad ante Portugal, que se levantó en dos ocasiones de los golpes para bajar a la tierra a la Roja.

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A España ya nadie le quitará el cartel de favorita al Mundial 2026, aunque se queda con el aviso recibido. Ha pasado de no ser considerada ni candidata a la Eurocopa 2024, a ser el rival a evitar por todos por la forma de competir de un grupo de jugadores que crecerá desde la desilusión. El golpe de realidad le llegó en Múnich, donde llegó en una dinámica tan positiva que se sentía capaz de convertir lo extraordinario, ganar títulos consecutivos ante rivales repletos de grandeza, en algo cotidiano.

Zubimendi dinamitó el duelo. Encontró el espacio para su incorporación ofensiva, la descarga de tacón del 9, Oyarzabal, la apertura a la aparición de Lamine Yamal, el centro y un balón rechazado en dos defensas para mandarlo a la red a los 21 minutos.

Apareció la efectividad portuguesa en una acción protestada por España por la posición inicial de Cristiano Ronaldo. La jugada continuó y la culminó con un latigazo raso cruzado Nuno Mendes, imparable para Unai Simón. Cinco minutos duró la alegría.

En el minuto 45, tras la carrera de Pedri, el balón filtrado al movimiento de Mikel y el toque preciso de diestra para superar la salida de Diogo Costa. La final volvía a ponerse de cara con un gol que debía ser un directo al rival. No lo fue por los retoques tácticos de Roberto Martínez.

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La mano de entrenador le cambió la cara a la final. Pronto lo sintió Portugal. Lamentando inicialmente un tanto anulado a Bruno Fernandes por fuera de juego pero obligando a España a dar un paso atrás. Insuficiente para poner freno a la reacción que encontró el premio con el gol de un futbolista eterno, Cristiano Ronaldo. La primera que pudo rematar, la mandó dentro. Su tanto 138 como internacional. Con 40 años.

A esas alturas, minuto 61, la influencia en el partido de Nuno Mendes era demoledora. No se conformó con apagar el efecto Lamine Yamal. Tras marcar el primero, inventó el segundo aprovechando la falta de implicación defensiva del joven español. Cuando se dio cuenta, la arrancada del lateral ya era imparable y Cristiano tiraba de experiencia ante Cucurella para ampliar su leyenda.

España no supo sostener el marcador en dos ocasiones en una final. Le faltó contundencia defensiva y continuidad con balón.

En las botas de Isco, en su regreso después de seis años, estuvo el triunfo. Con un derechazo rumbo a la escuadra que salvó con su vuelo a siete minutos del final del tiempo reglamentario. La prórroga llegaba con justicia y Portugal, desde los cambios, con la lesión que apartaba a Cristiano, parecía más entera.

Un detalle decidiría la final. Cucurella chutaba arriba de zurda, Lamine Yamal buscaba sin éxito su momento con un disparo centrado y Pedro Porro, desde el centro del campo, buscaba el factor sorpresa. Nada volvería a tumbar a Portugal, que tuvo la última en un cabezazo de Diego Jota, y fue infalible en la tanda de penaltis. Marcó todos sus lanzamientos, como España hasta que a Morata le aparecieron los fantasmas del pasado.

EFE

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